La solución que hemos denominado Ala es un puente con un dintel de hormigón pretensado de tres vanos de canto variable, en la que solo el vano central es visible.

El puente que se propone presenta una gran austeridad formal, que resuelve con una gran eficacia estructural el cruce del cauce. El empleo de formas simples permite una fácil integración en el entorno dominado visualmente por la rotundidad de la presa y la presencia majestuosa del Puente romano.

El tablero de esta solución es de hormigón pretensado y tiene tres vanos (sólo el central es visible), siendo el vano principal de 264 m de luz y los de retenida de 70 m.

La sección de arranque en el apoyo intermedio, que corresponde al punto en el que el puente surge de la ladera tiene forma en cajón trapezoidal con un canto de 12,00 y sendas alas inferiores que aumentan la capacidad de la zona comprimida de la sección. Estas alas se desplazan por los paramentos de la sección hasta situarse sobre la rasante en la zona de centro de vano, en la que el canto de la sección es de 3,00 m.

Este juego estructural, en el que las alas comprimidas exteriores siguen la lógica marcada por la ley de flectores, proporciona además una expresión formal especial a la estructura. Así, la estructura casi se desvanece visualmente en el centro de vano en contraposición con los arranques masivos que se funden con las laderas.

En la zona de centro de vano, en el lado de aguas abajo, el ala sirve también para formar parte del recorrido de la pasarela peatonal, y crear un espacio especial elevado sobre el tráfico que funciona como un gran balcón desde el que se ve tanto la Puente romano como la presa de Alcántara, gracias a su situación elevada sobre la rasante.